El pasado Martes 12 de noviembre el alumnado de 4 años hizo la segunda visita a los pequehuertos.
Tod@s muy dispuest@s cogimos el autocar rumbo a nuestro “pequehuerto”.
Al llegar, nos dimos cuenta de que algo en aquel lugar había cambiado con respecto a la primera vez que fuimos: había muchos hortelanos y hortelanas, más mayores, trabajando y realizando una especie de surcos con tierra, que luego aprendimos que se llamaban “caballones”.
Había caballones por todas partes e incluso observamos que en algunos de ellos ya brotaban pequeños tallos, por lo que estábamos deseando ver cómo habían crecido nuestros semilleros plantados en la anterior visita.
Entonces Rafa, el monitor encargado del trasplante, nos mostró nuestro semillero y pudimos comprobar que muchas de las semillas que sembramos, habían crecido y tenían aspecto de estar “apretadas” en ese espacio tan pequeño.
Así que, sin perder tiempo, nos adentramos en el huerto y comenzamos, con ayuda de Rafa, la tarea del trasplante: por parejas cogimos los utensilios necesarios y fuimos trabajando la tierra para construir un nuevo hogar a las plantas, que luego cogimos con sumo cuidado y trasplantamos y regamos delicadamente.
Mientras desarrollamos esta actividad, los niños y niñas que íbamos terminando pudimos pintar con tiza en una pared de pizarra gigante que tienen junto al huerto.
Después, Amalia, otra monitora encargada de las actividades, nos sugirió la idea de construir algo para evitar que los pájaros, especialmente, se comieran nuestras plantas y no las dejaran crecer. No podía ser otra cosa que ¡Un espantapájaros¡
Fue una idea muy divertida, nos fuimos a un aula y, con todo el material que habían preparado nuestras mamis: camisetas viejas, gorro, pantalones, garrafa de agua,…
Amalia nos fue enseñando, paso a paso, cómo realizarlo: la garrafa sería la cabeza y, para la base del espantapájaros, ella nos trajo unas estacas de madera dispuestas en forma de cruz.
Una vez hecha la cabeza y dibujada su cara entre todos, lo vestimos con la ropa y, la seño Maricruz le escribió en la camiseta el nombre que todos votamos: Rosi Miraflores.
Después Amalia nos mostró algunas herramientas importantes que se utilizan a menudo en el huerto: pala, rastrillo y azada.
Nos explicó cómo usarlas y hasta pudimos intentar hacerlo nosotros, aunque, pesaban bastante y eran casi más grandes que nosotros.
Antes de irnos, volvimos al huerto y allí pinchamos a Rosi, junto a nuestras plantas, para que las cuidara y, así, la próxima vez que volvamos, podamos ver lo que han crecido. Rafa nos prometió que la última visita sería la mejor, pues, el huerto tendría otro aspecto muy diferente y nos sorprenderemos de ver lo que pasará.
PASE DE DIAPOSITIVAS DE LA 2ª VISITA A LOS PEQUEHUERTOS