El entusiasmo de los niños/as era evidente, estaban muy motivados por conocer el cuerpo de bomberos del que tanto habíamos hablado en las asambleas.
El equipo de bomberos explicó a los niños y niñas que formaban la actividad las prevenciones y riesgos que deben conocer ante un posible incendio o catástrofe. Haciendo hincapié en que es más importante prevenir un incendio que apagarlo.
Se estableció un turno de preguntas y respuestas que fue dinámico en la que los niños a pesar de sus pequeñas edades propusieron formas de prevenir peligros.
Nos ofrecieron la exposición de dos películas de dibujos animados que nos recordaban la importancia de establecer un plan de evacuación en caso de emergencia. Aprendimos que los peligros están pero si se previenen, muchos los podemos evitar.
Seguidamente nos dividimos por grupos para conocer los departamentos del parque de bomberos.
Vimos la centralita de teléfonos donde se reciben las llamadas de las emergencias, David (bombero del cuerpo), nos hizo un simulacro de salida de emergencia tirándose por un tubo que dejo a todos asombrados.
No he visto casi nunca a los niños y niñas con tanta atención, les interesaba todo aquello, para ellos la figura del bombero era algo importante.
Visitamos la cocina de los bomberos era parecida a nuestro comedor, nos mostraron donde comian y guisaban, pues el bombero siempre tiene que estar preparado y listo ante una llamada de emergencia.
Conocimos el gimnasio y los aparatos para prepararse físicamente bien, nos presentaron pieza a pieza el equipamiento de todo bombero y se nos enseñó qué contienen los camiones, las clases de camiones según el lugar y el tipo de emergencia:
diferentes tipo de mangueras, sierras, generadores, cascos, cajas de herramientas, equipos de autonomia...
Nos contaron la utilidad de cada pieza del equipamiento según las circunstancias que se presenten haciéndonos comprender que su trabajo tiene muchos riesgos y que necesitan estar en buena forma física para poder salvar vidas.
Nos subimos a los camiones de los bomberos, hablamos por sus teléfonos interiores, escuchamos la sirena de salida de emergencia, vimos y tocamos la espuma con la que apagan algunos fuegos.
Los niños/as disfrutaron de toda la experiencia, por último visitamos la Torre de prácticas, que emplean para desarrollar diferentes planes de evacuación donde nos contaron que habia habido más de un accidente al realizar las prácticas de algún compañero.
Al final todos los niños y niñas querían ser bomberos de mayores. Nos regalaron un casco rojo y con él nos iremos entrenando. Fue una experiencia completa.
